lunes, 1 de junio de 2020

PLAZA COLÓN



Cuando empecé la escuela secundaria, mis hermanas mayores ya habían pasado a otras etapas de sus vidas, sólo con una de ellas, con Berta compartí los dos primeros años de colegio en la escuela normal de profesores Alejandro Carbó. Me entusiasmaba mucho tener que viajar en autobús hasta el centro, nuestra escuela estaba situada en la calle Colón, en frente de una de las plazas más bonitas de córdoba, laplaza colón, hay una canción que hace mención a este rincón florido diseñado por un famoso arquitecto santiagueño y que fue profesor  en la facultad de arquitectura, de una de mis hermanas, de Martha, enseñaba estética y era un importante paisajista.

Esta plaza era nuestro remanso, con pequeños lagos interiores rodeados  de vegetación autóctona, un diseño de gran  romanticismo y de una delicadeza, muy propias de este profesional  del paisaje urbano tan enamorado de su actividad y de su docencia. Aquí celebrábamos los 21 de septiembre , el día del estudiante, coincidiendo con el comienzo de la primavera. Era el día más divertido del año escolar. Las clases se suspendían ese día y salíamos a las 10 de la mañana a festejar en la plaza o nos desplazábamos hasta el centro a divertirnos bebiéndonos unos helados en la más famosa heladería del centro, "sopelsa" situada en la avenida general paz. También solíamos organizar salidas a las sierras , íbamos todos los compañeros del curso y era un día memorable, bañándonos en los ríos y haciendo almuerzos campestres .
Los dos primeros años del secundario los cursé por la tarde, después del colegio, caminábamos con mi hermana berta y  edeis, una compañera de mi hermana , hasta la escuela de lenguas. Mi madre nos matriculó para cursar francés dos días por semana,  otros días, teníamos dentista, luego cogíamos el autobús y regresábamos a casa, bastante cansadas , por la tarde noche. Estos dos primeros años fueron muy gratificantes. Tuve buenos profesores y disfruté del prestigio que tenían mis hermanas por ser muy buenas estudiantes.

El tercer curso, mi compañera y amiga  decidió cambiarse al turno mañana pues sus hermanas ya lo hacían y yo que ya no Compartiría con mi hermana que pasaba a la universidad, no lo pensé dos veces y convencí a mi madre, que no lo tenía tan claro, porque había que levantarse muy temprano, aceptó y así fue como empecé a levantarme a las seis de mañana, desayunar pronto y correr al autobús, para estar sentada en el pupitre a las 7,45 hora en que comenzaban las clases.

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