JULIO DE 1972

Vivíamos en Barrio Observatorio, en la calle Pueyrredón al 1200, esta calle hoy es la continuación de Manuel Estrada, pero entonces estaba cortada por una de las villas que había en la zona céntrica de Córdoba, luego erradicada. Era una época de movimientos populares de resistencia, radicalización del movimiento estudiantil y  fortalecimiento de las corrientes sindicales combativas. El sindicalismo, como smata( mecánicos), la confederación general de trabajadores (cgt), el sindicato de luz y fuerza con Agustín Tosco a la cabeza. Todo este ambiente de efervescencia debilitó los gobiernos de Onganía, Uriburu, Lanusse Levingston y forzaron la situación para que se abrieran elecciones el 11 de marzo de 1973. El clima era tenso y el temor a represalias estaba en el ánimo de todos los que en aquélla época buscábamos la democratización de un país sumido en gobiernos de facto y con un gran clima represivo en sus calles. Esa tarde del 8 de julio de 1972, preparaba una torta y algunos buenos platos, vendrían algunos amigos a festejar mi cumpleaños, el día 9 de julio es fecha patria para los argentinos, se festeja el día de la independencia, por esta razón, es un día de festejos, se comen asados, empanadas criollas y en especial una comida potente como un potaje con garbanzos, chorizos colorados y sobre todo mucho picante llamado locro. Mi suegra llegó a las 20 horas portando una gran cacerola con un locro que se veía apetible para que invitara a los amigos con los que celebraríamos mis 23 cumpleaños. Lo dejó sobre la mesa y me recomendó que yo ni lo probara. Mi estado de embarazo, y el estar en fecha, me obligaba a mantenerme con una dieta liviana esos días, previo parto. Se fue haciéndome prometer que me cuidaría mucho, nada de bebida y muy poquita comida nos despedimos y yo seguí con los preparativos del cumpleaños.