Cursaba arte contemporáneo, una asignatura de cuarto curso en la carrera de bellas artes, mi profesora, Mercedes Morra, discípula de la profesora con la que cursé las anteriores historias. La arquitecta Marina Waisman, una profesora brillante que me enseñó a amar la historia del arte, sabía interrelacionar el arte con la historia social, la política y la economía de las distintas sociedades, escenarios de las manifestaciones artísticas. Su libro de cabecera y que pasó a ser mi libro de cabecera, era Historia social de la literatura y el arte, de Hauser. Este libro se publica en 1951, su autor, de origen húngaro, estudia en alemania e italia entre 1919 y 1924, se traslada a Viena pero por su condición de judío; huye a Inglaterra y vive en Londres hasta que un año antes de su muerte vuelve a hungría y muere en budapest en 1978. Sus tres tomos: El primero, prehistoria, antiguas culturas orientales, grecia y roma, edad media y renacimiento Segundo tomo, manierismo , barroco, rococó, clacisismo, romanticismo. El tercer tomo, naturalismo e impresionismo. Y bajo el siglo del cine. Un autor muy preocupado por la estética y la filosofía que encierra el arte y que hasta ahora, sigue cautivándonos. Fue una guía para ubicar cada movimiento artístico, literario, musical, en el tiempo y en las circunstancias en las que se desarrolla. Cuando comienzo con mi profesora, mercedes morra a cursar arte contemporáneo, es el momento de los posicionamientos políticos y el situacionismo de los artistas e intelectuales frente a los movimientos políticos que están revolucionando el panorama intelectual en este momento.
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