viernes, 5 de junio de 2020

MI AMIGA


En aquélla época donde las plantas del patio de mi casa familiar  mostraron su  tristeza  y su agonía como mi corazón por la muerte de mi madre, encontré un gran apoyo en casa de una amiga y compañera de estudios. Compartimos  noches de trabajo creativo con nuestros diseños  y muchas charlas sobre los afectos más primarios ayudando a mitigar poco a poco el dolor por la ausencia del ser más querido. Esto junto a la compañía de mario  hizo que recuperara el deseo por volver a sentir placer con las cosas más simples con las que había disfrutado siempre. Mi amiga tenía una pareja, se los veía enamorados , eran del mismo pueblo y se conocían de adolescentes. Pasó el tiempo, meses, eran épocas complejas, la situación política, las reuniones en la facultad, horas hablando sobre los nuevos planes de estudio, necesitábamos cambios y nuevos aires. Poco a poco me fui alejando de  aquella casa  y sentí la necesidad de venir a vivir al centro y encontrar mi propia intimidad, mi propio espacio. Alquilé una habitación amplia con un baño y una terraza, en el piso superior de la casa de una pareja de abogados amigos. Lo hablé con mi amiga , lo entendió y  expresó su incertidumbre sobre la relación con su pareja. Era la primera vez que me hablaba de que su relación estaba rota y que ya había dejado de estar enamorada. Le ofrecí todo mi apoyo y que siguiera con los estudios y con los trabajos que realizábamos juntas. Yo me trasladé a vivir a aquélla terraza, en la calle entre ríos céntrico y confortable.  Una cama, un armario, una biblioteca, mi tablero de dibujo, el winco, mis cosas personales y una plant , un poto de hojas muy grandes que me acompañó desde ese momento. Una noche, vino Mario a buscarme para ir a una reunión , un cumpleaños , mi amiga estaba en casa , la invitamos y fuimos juntos a tomarnos unas copas y comer un trozo de tarta. Fue allí donde conoció a la persona por la que dejó a su antiguo amor, dejó la facultad y la ciudad donde habíamos comenzado nuestra vida profesional. Esa noche se fueron juntos y pasados unos días la acompañé al tren que la trasladó a su nuevo lugar de residencia.

La vida tiene esos momentos donde te ofrece un tren que es ese y en ese momento, la determinación , es tuya,  el coger el tren  implica superar miedos , tener la capacidad de vislumbrar un futuro mejor que el presente que dejas , sólo depende de tu decisión

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