miércoles, 20 de mayo de 2020

BERGEN

Muy temprano y con la luz en los ojos nos levantamos a desayunar en nuestro pequeño y acogedor apartamento de Oslo, dispuestos a recoger nuestros bolsos y mochilas, cargar el coche, y salir para llegar a visitar el museo de los barcos vikingos como habíamos prometido a paula y a antonio y que la abuela emilia no quería perdérselo, estaba dentro del itinerario. Yo agregué mi interés por pasar aunque fuera brevemente por la galería nacional a disfrutar con los clásicos de la pintura noruega, en especial Edvard Munch. Así lo hicimos y fue un paseo muy grato que Emilia recordaría con mucho cariño siempre que nos veíamos. Los navíos vikingos de madera, preservados desde el siglo ix. Con sus tallas laboriosamente  trabajadas. Nos recordaron los trabajos en las casas e iglesias medievales que habíamos visitado el día anterior, con los postes angulares (stovel), y los motivos cristianos y vikingos en la representación de los temas. Animales, dragones, y serpientes  envolviendo las pilastras de madera que sujetaban las paredes  trabajadas en forma de escamas. Salimos con los souvenirs que tanto interesaban a emilia para llevar a los nietos que le esperaban al regresar a Argentina. Fuimos a tomar el café acostumbrado a la galería nacional, escribimos nuestras postales e hicimos un recorrido rápido por sus salas. Disfrutando cada segundo antes de emprender nuestro camino hacia bergen, soñábamos con estar allí y pasear por los bosques que rodean la ciudad y sobre todo elegir la cabaña al lado de algún lago donde instalarnos para pasar unos días mientras conocíamos la zona y la ciudad. 

El viaje fue magnífico,  las carreteras sinuosas y bordeando precipicios , con cascadas gigantescas que aparecían de repente entre las montañas azules . La profundidad del paisaje reflejado en el agua de los fiordos, duplicaba la hermosura y la magestuosidad de una naturaleza virgen. El verde salpicado de valles con caseríos de maderas rojas, aislados de toda civilización conocida y disfrutando del misterio que albergan estas lejanías- Los típicos "gar"  los conjuntos de casas; galpones, establos de los campesinos noruegos, que los resguardan de las tormentas de nieve en invierno, de las horas de oscuridad, de los hielos y de los animales salvajes como los osos que merodean entre estos bosques. Aunque al llegar la primavera, la vida fluye como sus cascadas de agua, los renos y cervatillos salen a pastar y se dejan ver con sus crías, bebiendo en sus lagos o cruzando las carreteras estrechas entre poblado y poblado. Paramos muchas veces  a comprar café, golosinas, bocadillos, zumos y  pequeños recuerdos, paula y antonio llevaban una colección de trofeos. Cada tantos kilómetros, un puesto de samis (habitantes autóctonos del norte de noruega), que vendía sus artesanías, jerseys, mitones, guantes , alfombras de lanas vírgenes. Objetos tallados en aspas de renos, y un sinnúmero de detalles artesanales.Recordamos con mario y emilia, nuestros viajes por el norte de argentina y bolivia hasta la quebrada de humahuaca, donde los habitantes originarios de estas zonas andinas, los quechuas, venden también sus artesanías. Yo me considero una enamorada de todos los elementos de arte que caracterizan a las culturas primitivas y tengo que decir que no puedo pasar por estos mercados tan singulares sin llevarme conmigo algunos tesores que hasto hoy colecciono.


CRUZAMOS en barco "ferries" para acceder a Bergen. Los noruegos son un pueblo de fuerte tradición marinera, desde épocas vikingas, el mar fue escenario de muchas de sus epopeyas. El comercio desarrollado generó un centro neurálgico en el puerto de Bergen, segunda ciudad en importancia de Noruega. La federación de comerciantes alemanes que se establecieron en esta ciudad en el siglo xiv dio paso a la formación de la liga hansiática, encargada de  gestionar y monopolizar el comercio del . Pescado en toda la región. Esta colorida ciudad entre montañas y fiordos  era nuestra estrella, la  perla  en este viaje. Queríamos disfrutarla porque sabíamos de la complejidad que ofrecía llegar hasta aquí, sobre todo para Emilia, viviendo en Argentina. Encontramos una cabaña de madera junto a un lago, tal y como lo habíamos pensado. Una  casita en medio del bosque con cuchetas, una cocina con todo lo necesario, un baño con duchas de agua caliente y no muy lejos de allí, bordeando un sendero, una sauna común que podríamos compartir con algún viajero que como nosotros eligiera, para estos días de verano, utilizar estas selectas instalaciones. Hicimos nuestra comida caliente , habíamos comprado salmón, " patata nuevas ", y otras delicias típicas de la zona.

 
Nos dimos un suculento banquete y salimos a caminar para hacer familiar este rincón del mundo tan lejano y tan amable.
Vimos ardillas pájaros diversos y hasta una especie de comadreja con sus crías, que desapareció entre las bayas. Como la luz persiste y los atardeceres no dan paso a la noche, decidimos dormir bajando las cortinas cuando el reloj marcaba la medianoche.

Por la mañana, desayuno suculento y a conocer bergen. Nos dirigimos  al barrio de bryggen . Las casas de madera de colores, rojo, amarillo, blanco junto a las maderas patinadas por el tiempo  que daban  cuenta de su longevidad Y fortaleza. Conocimos la casa original que albergó la liga hansiática. La fortaleza medieval de bergenhus, junto al puerto. La catedral de san olof, "bergendomkirke" Hasta que llegamos al antiguo embarcadero, en frente del barrio de bryggen, el famoso mercado de pescado "fisketorget" donde compramos y comimos gambas "rakor", y nos tomamos unas buenas sopas de pescado mientra paula y antonio hacían su compra diaria de fresas, especialidad de bergen en esta época. Los puestos de pescado son un verdadero reclamo de la zona, bodegones pantagruélicos de frutos recién sacados del mar.

Ya de regreso pasamos a visitar el fiordo más largo y profundo de noruega el fiordo Sogn. Por el camino, contamos historias sobre los alces "alg",los renos "renar" y sobre los animales que viven dentro de estos bosque disfrutando de las estaciones del año. Hablamos de los cuentos de vikingos y la abuela leyó poemas sobre las auroras boreales y sobre la vida de los habitantes que pueblan el polo norte, emilia había llegado desde el polo sur de argentina hasta el polo norte, donde hoy, tiene un viznieto, nacido en estas latitudes. 


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