El retorno de paula fue con retraso y en vez de aterrizar su avión a las 21 horas como estaba previsto llegó a las 4 de la mañana. Mario que tenía ya el coche a tope con maletas y accesorios, sumado a que tenía los tres chicos esperándolo en casa no dilató más el viaje y cogió carretera a esa hora para evitar el calor abrasador de Andalucía al mediodía. Para mi fue un mes intenso, ese julio en solitario lo recuerdo como muy especial. En el pueblo habían alquilado casa unas amigas argentinas residentes en Boston. Solían volar desde estados unidos para pasar el verano en este pueblo que tenía la playa a cuatro kilómetros. En nNrja, una playa pequeña, muy recoleta llamada Burriana. Las casas las alquilaban a un pintor danés, llamado Sorensen que se había hecho residente en el pueblo donde compró casas diseminadas por el pueblo, las rehabilitó y ambientó con muy buen gusto y criterio, esto sumado a las vistas preciosas desde lo alto de la montaña hacia el valle, hacían de este rincón un lugar selecto y muy pintoresco.
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