viernes, 8 de mayo de 2020

UN CIELO DE GAVIOTAS

Durante los días previos a las navidades de 1983, ya instalados en nuestra casa de la calle Hortaleza nos contrataron a mi amiga y compañera de cursos y a mi a trabajar en Juvenalia, unas instalaciones en el recinto ferial de IFEMA en la Casa de Campo de Madrid, destinado a talleres creativos para jóvenes y niños. En tiempo de vacaciones invernales es muy importante en ciudades grandes como madrid, desarrollar actividades vinculadas al ocio para compensar y equilibrar, las ocupaciones escolares el resto del año, La Caixa organizó unos talleres sobre la figura de Gaudí, donde los niños aprendían; la técnica del trancadís, inconfundible en la arquitectura de este gran genio modernista. La intención del taller era introducir a los participantes  en el análisis de las formas, las geometrías, los volúmenes, realizando maquetas tridimensionales aplicando en ellas la técnica de pegar pequeñas piezas o teselas cerámicas técnica llamada trancadís. Las charlas preliminares giraban sobre los materiales como la cerámica, el vidrio, la forja en la herrería, los torneados en la utilización de las maderas y también sobre la ubicación formalista de Gaudí, difícil de encasillar en un estilo arquitectónico único, su personal inspiración gótica, orientalista y naturalista se fusionó con el art-decó, con ese modernismo que en Cataluña tuvo mucha aceptación y mecenas entre las clases de la burguesía. Los paraboloides,  hiperboloides, helicides, más sus métodos prácticos para calcular las estructuras como en las cúspides de la Sagrada Familia, generaron verdadero interés entre los chicos, todos querían salir del taller con su volúmen gaudiano entre sus manos. 

El taller fue todo un éxito. Yo adsemás tenía otra actividad para supervisar por fuera del taller, ya que nos habían encargado realizar un cielo de gaviotas para otro de los stands de la feria. Un mes antes comenzamos con la preparación de un número muy significativo de grandes gaviotas que colgaríamos de un techo en un espacio bastante grande. Diseñamos las aves de madera blanca con sus alas de acrílico blanco y flexible colocadas mediante una ranura, en los cuerpos de madera. Aquéllo fue un trabajo ímprobo que llevamos a cabo en una casa de campo que tenía un amigo en un pueblo de madrid.

Tiempos aquellos donde llené la casa de pájaros alados.

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