lunes, 4 de mayo de 2020

CUATRO LIBROS

Por donde andaba mi cabeza por aquéllos tiempos. Venía en el autobús que me traía a españa desde Lund, mi casa, y donde estaban mis hijos, mi suegra y mi compañero con el que había transitado por tantos valles y habíamos cruzado precipicios, pero que no encontrábamos aún la tierra prometida donde volver a echar raíces o volver a estar juntos como cuando éramos jóvenes y fuertes. Sólo se que en ese viaje traía cuatro libros entre mis manos y que leía de tanto en tanto cuando la charla daba paso al silencio. Uno de los libros era uno de Marie Langer sobre el papel de la mujer en  las tribus primitivas, ya había leído algo escrito por ella sobre maternidad y sexo y me interesaba profundizar en sus análisis, la sentía próxima, por sus ideas políticas en ese momento, por ser  atea, y por hablar de la condición de la mujer. Otro de los libros era El arrancacorazones de Boris Vian, me gustaba su mordacidad al hablar en tono satírico y con grandes dosis de humor sobre los hábitos y costumbres establecidas. El tercer libro era Rayuela de cortázar  del que recuerdo que leí varias veces el capítulo 68 - carta de la Maga a Rocamadour. Recuerdo que tuve el disco de pasta y  que había escuchado muchas veces esta carta contada por Cortázar y me emocionaba siempre. Y el cuarto, un libro de Cebreli, Buenos Aires vida cotidiana y alienación donde hace un análisis sociológico de las clases sociales en buenos aires, siempre me interesó Cebreli porque habla sobre los mitos. Personajes que marcan tanto la historia cotidiana argentina.

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