lunes, 20 de abril de 2020

IPANEMA


Terminábamos las clases y el proyecto de tomarnos un respiro era terapéutico. En esa época el trabajo artesanal me proporcionaba un salario, mi amiga y yo logramos un mercado selecto de compradores, nuestros diseños estaban catalogados como muy buenos y todo lo que producíamos se vendía bien. El viaje lo planificamos con Mario pero llegó un amigo al que había dejado su novia y estaba con el ánimo por los suelos. Y así sin más lo incorporamos al tan mentado viaje. Nuestro objetivo era llegar a la ciudad de San Pablo en Brasil donde nos esperaban dos amigos brasileros que conocimos en nuestra ciudad como estudiantes becarios y muy buenos músicos de bossa nova. El recorrido lo realizamos casi en su totalidad en autoestop, creo que fueron los últimos años en que pudimos movernos con libertad , libertades que se fueron cercenando poco a poco con los años en ese recorrido descubrimos la generosidad de las gentes, camioneros que nos llevaron en algunos tramos, invitándonos a almuerzos en bares de carretera entre otros conductores siempre dispuestos a contar o recibir anécdotas. Voy a narrar un episodio que he recordado siempre. Estábamos adentrándonos en la selva subtropical de la Mesopotamia Argentina y paró una camioneta grande carrozada, de ruedas altas, acostumbradas a desplazarse en caminos de barro era una pareja de naturalistas franceses con sus dos hijos de cinco y seis años.nos dijeron que nos llevaban donde íbamos pero antes tenían que internarse en la zona más selvática a recoger algunas pieles de serpientes que les recolectaban los lugareños. Accedimos,y fue una de las rutas más emocionantes que recuerdo. Un camino de tierra roja, arcillosa flanqueado por árboles altísimos, con vegetación abundante entrelazadas por lianas. Los papagayos de colores suspendidos en las hojas carnosas de aquellas plantas tropicales, los tucanes, los pájaros más exquisitos, las mariposas gigantes. Tan fuerte fue este primer encuentro con el trópico que siempre quise mostrarla a mis hijos y luego a mi nieto esta maravilla sueño que hice realidad volviendo en varias oportunidades acompañada por ellos a encontrar nuevamente estas aves del paraíso.

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