domingo, 26 de abril de 2020

PEDAGOGÍA

Mi formación ha girado siempre alrededor de la pedagogía, la didáctica, la psicopedagogía, la política educacional, vinculando la literatura, el arte, y en general todas las disciplinas artísticas al campo de la enseñanza. Cómo educar en el arte ha sido una premisa muy elaborada por mi, buscando los recursos más idóneos para que esto circule con naturalidad y sin banalidades en el campo docente. He trabajado como docente desde 1984 hasta que me jubilé en 2014. En uno de mis viajes de una semana a madrid desde Suecia, en los años en que vivía allí, contactaba con mis amigos, organizábamos salidas a cenar, al cine al mismo tiempo que aprovechaba para hacer mis trámites habituales de convalidaciones y lo que dirían aquí, "conocimiento del medio". En esa época el grupo central de amigos estaban vinculados al teatro y a la psicología. Los psicoanalistas que llegaron en los años 7 , poco a poco fueron instalándose y formaron sus grupos psicoanalíticos y abrieron sus propias consultas. Yo en esa época me consideraba una oyente en esos grupos pues me sentía muy desvinculada del medio por vivir en Suecia. Una noche, era el cumpleaños de un amigo del grupo y con mi amiga, donde yo paraba, hizo una cena para agasajarlo. Vendrían los psicólogos del grupo además de los habituales, un grupo mixto de ocho o nueve invitados. A mi amiga, a quien siempre le caracterizó el humor, como buena actriz y con una gran sagacidad personal, compartió conmigo una sorpresa para los invitados. Invitaríamos a cuatro africanos de una de las embajadas, que habíamos conocido dos días antes en una recepción en el teatro español. Creo que tenía la intencionalidad clara de analizar el comportamiento de las psicólogas y psicólogos  frente al hecho sorpresivo de unir cuatro personas negras a este grupo tan selecto y tan psicoanalítico. Estábamos por empezar a cenar, sonó el timbre y uno de los amigos fue a abrir la puerta por indicación de mi amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario