lunes, 27 de abril de 2020

EN DOS VIAJES SUCESIVOS

que realizaron mi hija y mi nieto Mmadrid desde Noruega,  organizamos con christian un paseo por los museos  prado y reina sofía. Era pequeño pero con un entusiasmo  y una energía desbordante. Su capacidad innata para el dibujo y para la observación meticulosa de detalles vinculados a la perspectiva y a las proporciones, sumado a su destreza en el dibujo de la figura humana, con todas las posiciones, el trabajo en escorzo o la pulcritud en los detalles morfológicos, incentivaron el interés en mi porque conociera los grandes museos de madrid. El paseo no podía cansarlo, por su edad, por lo que decidimos de común acuerdo, él y yo, visitar sólo la sala que alberga el guernica en el reina sofía, y por la tarde, después de almorzar los dos juntos en el museo, pasar al prado a conocer sólo el jardín de las delicias del bosco. 


Dos cuadros muy diferentes y en museos también muy específicos. Empesamos por el guernica, ya habíamos visto imágenes y hablado sobre cuándo y dónde pintó picasso este cuadro que situó en 1937  en la exposición internacional de parís en ese año    como alegato a la barbarie y al terror de la guerra  civil española y que alude a los bombardeos de la aviación alemana sobre la villa basca a la que hace alusión el título del cuadro. Observó el lienzo con concentración y detalle. Compramos al salir un puzle del cuadro y nos fuimos a almorzar. A la cafetería del prado para completar nuestro paseo previsto. Visitando también el jardín de las delicias.



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