martes, 28 de abril de 2020

DECIDÍ TERMINAR

Embarazada de Antonio, noviembre diciembre de 1975, Paula tenía tres años, decidí con la complicidad sabia de mi querida suegra Emilia, terminar las dos asignaturas prácticas que me quedaban de la carrera; Escultura IV y Grabado. Los profesores eran mi inestimable y muy querido maestro de escultura de todos los años anteriores, amante de Henry Moore, Horacio Román Suárez Serral. Y el profesor de grabado César Miranda, del que pude disfrutar sólo de sus charlas personales ese mes , ya que esta asignatura era complementaria a mi carrera y no tuve el gusto de cursarla regularmente. Pero puedo decir que en este breve tiempo, me despertó con sus largas charlas, el amor y la pasión por el grabado. Trabajé incansablemente en ese taller colgando las hojas con xilografías, puntas secas, y aguas fuertes que pude realizar, trabajando con verdadera entrega. Éramos sólo tres personas en el taller los que hacíamos la asignatura como libres, al no haber podido cursarla por promoción. Este profesor correntino, nos habló de sus viajes sucesivos por el Amazonas y nos contó una curiosidad que yo aún recuerdo, grababa en sus viajes, los sonidos que escuchaba en la selva amazónica, los sonidos de una vida salvaje, arbórea y animal y nos describía que formaban parte de su inspiración cuando se sentaba a trabajar en su taller que tenía instalado en el garage de su casa.




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