viernes, 28 de marzo de 2025

viernes de marzo









Sobre la mesa de trabajo está una foto pequeña de mi nieto,
un joven ya universitario al que esperamos para pasar la Semana Santa juntos.
Su nacimiento en Escandinavia, y los 21 años transcurridos allí,
llevan mi pensamiento a los lugares que hemos recorrido juntos
en nuestros innumerables viajes para compartir con ellos vacaciones, fiestas, cumpleaños,
y sobre todo aventuras, donde el gran protagonista es él
y sus divertidos comentarios en un español aprendido desde la cuna,
y desde su madre, que le ha desarrollado su idioma materno
con fluidez y mucha ternura.

Hoy, leyendo algunas historias sobre los pueblos lapones o samis,
me emociono recapacitando sobre las etnias,
sobre estos grupos que se desarrollaron en espacios naturales extremos.
Al norte del círculo polar ártico se encuentran una de las joyas de la naturaleza europea:
la taiga y la tundra de las costas del norte de Noruega.
En esta época del año, estas islas, sus fiordos
y acogedores pueblos pesqueros tradicionales de casas multicolores
reciben al majestuoso pigargo marino,
y comienzan las migraciones anuales de los renos semi-salvajes,
bajo los cielos que despliegan el mágico fenómeno natural de las auroras boreales,
generando cuadros dantescos cada noche de colores e intensidad.

En este marco sideral crecieron y vivieron los samis,
cuyas canciones, los yoik,
son una de las tradiciones musicales más antiguas de Europa.
Tienen unas características vocales muy particulares
y se cantan en honor a una persona, un animal o un lugar.

Mi amiga Harriet, descendiente de los samis,
me regaló un amuleto de hueso de reno,
un talismán de buena suerte que se regalaba a los niños
y los acompañaba toda la vida desde la cuna,
junto a una canción que refrendaba su nombre.

En los años 50 se prohibió cantar yoik en las escuelas del territorio sami.
Hoy, los músicos jóvenes incluyen los yoik
como un elemento más dentro de otros estilos de música contemporánea,
y cada vez es más común escucharlos en combinación con el jazz, el metal o el rock.

Algunos artistas noruegos, famosos por interpretar yoik,
han reivindicado su música ganando en festivales:
Mari Boine, Ann-Mari Andersen, Frode Fjellheim,
Ella Marie Hætta Isaksen, Elle Márjá Eira,
Marja Mortensson e ISÁK.

El gákti es la vestimenta tradicional:
lleva grandes broches de plata, cierres y botones en el cinturón,
y los colores de sus telas son muy luminosos.

Jon Henrik interpreta
un yoik emocional durante su primera audición en Talang Sverige,
ganador de este concurso con su propio yoik.

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