viernes, 5 de junio de 2020

RENAULT 4

Con Paula aún en la cuna, y a punto de dar sus primeros pasos decidimos dejar nuestro departamento de la calle Pueyrredón y nos trasladamos a otro más amplio y no muy lejos de éste, en la calle Bolívar. Mi cuñada nora había dado a luz a  otra niña, Valeria, cuatro meses después de nacer Paula. Llevamos juntas los embarazos  con sólo cuatro meses de diferencia. Mi cuñada nora también dejó su antigua casa y se mudó a este barrio. Nos agradaba la proximidad al centro y la cercanía de nuestras viviendas. Queríamos que paula y valeria pudieran crecer juntas.

El nuevo departamento estaba ubicado junto al de mi hermana Martha, que ya tenía dos hijos varones y esperaba el tercero. Nuestro departamento era en un primer piso, se accedía a él a través de una escalera bastante empinada que paula aprendió con el tiempo a subir y bajar sola para ir a jugar con sus primos y otros niños que vivían en el bajo, donde había un amplio pasillo donde convergían todos los departamentos adosados , creo que eran diez viviendas con parejas jóvenes y todas con niños pequeños que acostumbraban hacer uso de sus triciclos , pequeñas bicicletas  o patines, cuando no sacaban las muñecas o los antifaces y espadas para jugar al zorro o  a los payasos. Celebramos con bonetes y tartas y piñatas, los cumpleaños de todos, incluídos los de paula y el primer cumpleaños de Antonio. En este lugar vivimos  varios años, aquí trajimos a antonio recién nacido, desde monte hermoso,  aquí aprendió a caminar y  antes de cumplir sus dos años , que los hace el 25 de enero,  partimos hacia europa un Final de diciembre para nunca más volver a vivir en esta tierra donde empezábamos a echar raíces con nuestros hijos.

Volvimos a armar la casa con el entusiasmo de siempre, plantamos papiros y flores en el balcón , donde colgamos nuestra cortina a rayas amarillas y negras que habíamos utilizado en la galería de nuestra antigua casa y que nos protegió de la lluvia y de los soles intensos. Tejí al crochet almohadones para sillas y sillones. Compramos un coche, un renault 4  que apenas traerlo del concesionario a casa,  lo aparcamos en la puerta del departamento y en ese mismo momento  se desató una tormenta increíble y vimos por el balcón que la riada lo llevaba calle abajo por la pendiente , desenfrenado, nunca mejor dicho, porque al verlo por el balcón mario gritó no le puse el freno de mano., lo vimos estrellarse contra una farola que por suerte impidió que siguiera su camino  por la pendiente hasta quien sabe dónde. Cuando mario bajó a rescatarlo,  pudo hacerlo funcionar perfectamente , el daño fue en la parte trasera, Al día siguiente nos íbamos de excursión al campo con dos amigos, con Tato y Marta. . Cuando llegamos  a nuestro destino  y quisimos abrir la puerta del baúl,  nos dimos cuenta que el golpe había abollado las chapas y era imposible hacer uso de la rueda de auxilio que se situaba por debajo del baúl. Cosas que suceden , contrariedades, contratiempos, los famosos imponderables de los que yo hablo siempre y que ponen a prueba el carácter el humor y la capacidad para sortear con éxito el mal trago. Así fue como nuestro primer coche  rodó por las calles de córdoba con la abolladura en su sitio,  orgullosa, como una herida de guerra. No pudimos arreglarla por falta de dinero durante muchos meses., pero aún así nos prestó innumerables servicios.

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