miércoles, 10 de junio de 2020

FLANDES

La vieja europa se abría a nuestros pies con sus calles empedradas ; sus barrios medievales, intrincados  con  edificios del xvi y xvii  de estilo flamenco tan bien conservados, orgullosos de una estirpe que sólo la pátina del  tiempo  sabe ensalzar y fortalecer. Habíamos decidido parar en brujas y buscar alojamiento y desde allí visitar bruselas; gante y llegarnos a amberes a conocer el barrio judío, con un  gótico distinto y peculiar. En la plaza central del centro histórico  de brugge, en idioma neerlandés, bruges, en francés ,  en  esta plaza mayor; la grote markt  encontramos un pequeño hotel  en un primer piso de un antiguo edificio bien conservado, al estilo de los más típicos hoteles del montmarte parisino, medio boudeville ; medio mouline rouge, como sacado de un cuadro de toulous lautrec, con luces rojas, tenues y sugerentes, precios acequibles y buen trato en la madame que , sentada en un gran butacón se abanicaba con un triángulo de plumas grises. Nos dio las llaves y nos indicó un parking próximo para dejar el coche. . Nos hizo un pequeño descuento ya que nos quedaríamos las noches necesarias para poder caminar por las ciudades  marcadas  en nuestro mapa de ruta. Nos comentó que podíamos desayunar cada mañana en un pequeño café en los alrededores del hotel. Mientras mario aparcaba el coche yo dejé el equipaje en la habitación , amplia, luminosa y  que  olía  a un perfume que me traía algún recuerdo infantil  muy querido pero que no pude precisar hasta que pasaron unos días y ya estábamos nuevamente en ruta. Desayunamos  comentando  la belleza de la red de  canales que atraviesan  brujas y te hacen sentir en venecia. Caminamos por la antigua plaza  del mercado, corazón de los encuentros en los cafés y restaurantes,  en sus puestecitos donde se mezclan los elementos gastronómicos como frutas, verduras, hortalizas , colocadas con el mismo detalle que los bombones y los trozos de los mejores chocolates o  las trufas que tanto gustan a frdrik y que llevamos para colocar en las mesas de la boda. Junto a los encajes y a las puntillas de hilos sedosos . Y las insólitas antigüedades como miniaturas en plata, marfil y piedras de colores como turquesas, o zafiros. Nos fuimos a gante, visitamos el castillo de los condes junto al río lys, y nos encaminamos hacia la catedral; queríamos ver la obra que tantas veces comentamos con mi hija paula cuando preparaba una de las asignaturas de la carrera de arquitectura,  historia del arte , y nos impactaba aquélla obra  de van  eyck, adoración del cordero místico . Pasamos luego a admirar ese púlpito barroco del siglo xviii , estrella de esta catedral que tardó tres siglos en concluirse. Caminamos hacia la korenmarket, con un ambiente muy estudiantil y animado, propio de una ciudad famosa por su universidad. Dejamos esta ciudad para conocer amberes, la ciudad de rubens  y del tallado  y comercialización de diamantes. El segundo puerto más importante de europa. Paseamos por las calles cercanas a la estación central , conocida como la "jerusalén del norte" porque  "antwerpen" es la ciudad donde viven la mayor comunidad de judíos ortodoxos de esta parte de  europa, dedicados en su amplia mayoría al comercio de diamantes. Nos llamó mucho la atención las vestimentas de este colectivo , vestidos de negro y con unos gorros inmensos, al estilo cosaco también en negro, imágenes sacadas de cuadros de pintores neerlandeses del siglos muy anteriores. Cuando saludamos a la regenta del hotel, pasados unos días, nos sentimos que dejábamos  una región de europa donde conviven tradición y modernidad en un equilibrio muy exacto,  las tradiciones a veces sofocan el aire de la modernidad y la antigüedad te fascina con la pervivencia del arte y de la arquitectura medieval.

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