Giacomo Puccini es reconocido como uno de los compositores de ópera más influyentes de finales del siglo XIX y principios del XX. Su obra destaca por fusionar tradición e innovación, llevando al género operístico a nuevas alturas emocionales y técnicas.

Influido por maestros como Richard Wagner y la ópera francesa, Puccini desarrolló un estilo único que combinaba el verismo italiano con técnicas armónicas complejas, logrando una narrativa musical altamente efectiva. Ejemplos de su genio se encuentran en óperas como La Bohème, donde los leitmotivs anticipan la acción, y Tosca, con su audaz manejo del crescendo temático. Su carrera se consolidó gracias a colaboraciones con libretistas como Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, quienes le ayudaron a estructurar algunas de sus obras maestras. Madama Butterfly y Turandot son ejemplos de su pasión por el exotismo y su capacidad para integrar elementos de culturas lejanas en su música. En paralelo, su vida estuvo marcada por tragedias personales y escándalos, como el suicidio de Doria Manfredi y su infatigable relación con su esposa, Elvira. El eclecticismo de Puccini también se refleja en sus experimentos teatrales, como Il Trittico, que explora géneros contrastantes: tragedia, lirismo y comedia. Aunque incompleta al morir, Turandot ejemplifica su maestría dramática, culminando con una complejidad orquestal que desafía las convenciones de su tiempo. A través de doce óperas y múltiples piezas menores, Puccini sintetizó las influencias de diversas tradiciones musicales, dejando un legado que sigue siendo pilar en los repertorios internacionales.