El libro "Los pollos no tienen sillas" de Copi es una obra cargada de un humor incisivo, capaz de diseccionar los roles sociales con una claridad brutal.

A través de un estilo minimalista tanto en la narrativa como en la ilustración, Copi logra transmitir ideas profundas sobre la decadencia social y la desigualdad. En la portada, un simple dibujo representa un pollo de pie junto a una figura sentada en una silla, simbolizando las jerarquías de poder y las comodidades reservadas a la clase burguesa en una sociedad en descomposición. Este humor no solo es sagaz, sino también prudente en su crítica: aunque expone las contradicciones de la sociedad, lo hace con un tono que invita tanto a la risa como a la reflexión. La obra refleja el contexto histórico de su autor, quien, como muchos de su generación, experimentó el exilio en París huyendo de la represión y las dictaduras latinoamericanas. Copi transforma la tragedia en humor absurdo, tejiendo una narrativa que cuestiona tanto las estructuras del poder como las relaciones humanas. Este libro, aunque ligero en apariencia, es un manifiesto cargado de ironía y protesta, un recordatorio de la fragilidad del orden social cuando este se torna opresivo.