Su breve pero intensa carrera estuvo marcada por la pasión política y el compromiso con la causa antifascista. Huyendo del nazismo, se refugió en París, donde conoció a Capa y aprendió de él el oficio fotográfico. Su primera gran cobertura fue en España en 1936, donde retrató a los milicianos republicanos, la cotidianidad en el frente y los rostros anónimos de la resistencia. Su célebre imagen de una mujer miliciana entrenando con un fusil se ha convertido en símbolo de la lucha femenina en la guerra. Taro utilizó la cámara Leica, ligera y versátil, lo que le permitió capturar escenas espontáneas y cercanas, logrando una estética cruda y realista que impactó a la prensa internacional. Su vida terminó trágicamente en la batalla de Brunete (1937), donde fue arrollada accidentalmente por un tanque republicano mientras se retiraba en el estribo de un coche militar. La muerte prematura de Taro, a los 26 años, la convirtió en una mártir del antifascismo. Su entierro en París fue un acto multitudinario de homenaje, en el que participaron intelectuales, militantes y artistas de la época. Con el tiempo, su legado fue opacado por la fama de Robert Capa, pero la "Maleta Mexicana", descubierta en 2007, permitió recuperar y atribuirle decenas de fotografías antes acreditadas a Capa. Taro defendía que la fotografía no era un acto mecánico, sino una elección ética y estética. Creía que, aunque las fotos mostraran escenas aisladas, estas podían transmitir la esencia de un conflicto. Su obra refleja el dolor humano, la esperanza colectiva y la dignidad de los derrotados, tal como lo destaca Juan Eduardo Zúñiga en su relato “Ruinas, el trayecto: Guerda Taro”, donde contrapone la valentía de la fotoperiodista con la degradación moral de su protagonista ficticio. La recuperación de su figura simboliza la reivindicación de las mujeres en la memoria histórica y la fuerza de la imagen como testigo de la barbarie. Hoy, Gerda Taro es reconocida no solo por sus fotografías, sino por encarnar el coraje y la lucha por la verdad en uno de los periodos más oscuros del siglo XX.
ARTISTA ESCULTORA GEÓMETRA ACCIONISTA ////// BOSQUES POLIÉDRICOS : EMERGING WILDLIFE : PAJARITAS : RASTROS
miércoles, 18 de diciembre de 2024
Gerda Taro (1910-1937), nacida como Gerta Pohorylle, se ha convertido en un ícono del fotoperiodismo de guerra, destacando por su labor en la Guerra Civil Española, donde capturó con su cámara la humanidad, la vulnerabilidad y la resistencia de los combatientes republicanos. Junto a su compañero sentimental y profesional, Robert Capa (Endre Ernö Friedmann), trabajó bajo un pseudónimo compartido, lo que inicialmente hizo que muchas de sus fotografías fueran atribuidas a él. No obstante, con el tiempo su obra ha recuperado su autonomía, situándola como una pionera de la fotografía de guerra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario