Es una localidad, comuna del Departamento Ojo de Agua, en Santiago del Estero. Llegamos sobre las cuatro de la tarde, después de haber almorzado en ruta los famosos tamales y una carne mechada que, para los cuatro, supo al sabor y al aroma de los estofados caseros Fuimos directamente a casa de nuestro primo Sergio, uno de los ocho hijos de mi tía Gabriela (Cacho), hermana de mi madre, y del tío José María, hermano de mi padre. Esta doble filiación hacía de estos primos una continuación natural de mis propios hermanos; la unión sanguínea se extendía también al cariño que nos profesábamos. Durante años, fueron esos seis varones los que compartieron juegos en aquellas estancias santiagueñas, hasta que mi tía Cacho vino a Córdoba, a mi casa familiar, a parir mellizos que resultaron ser una pareja. Alejandro, el varón, vino acompañado de una hermana, Alejandra, la tan ansiada niña que toda la familia esperaba, y que fue un verdadero premio para mi tía Gabriela, después de tantos partos Sergio, mi primo, estaba casado y tenía varios hijos. Tanto a su esposa como a sus hijos los conocí en ese momento. Tenía una casa grande, con un patio en forma de claustro, y en la esquina había construido un gran supermercado, siguiendo la tradición de su padre, que siempre compatibilizó el comercio con la ganadería, pues eran propietarios de campos y ganado, al igual que mi tío Carmen —hermano mayor de mi padre— y mi propio padre: comerciantes los tres y ganaderos, propietarios de campos en los alrededores Mis hermanos se alojarían en esa casa, y Mario y yo decidimos alquilar una habitación en una hostería ubicada a pocas calles de allí. Esa noche cenamos juntos y planificamos salir muy temprano hacia Cuchi Corral, nuestro lugar favorito, que había sido la casa familiar de mi madre y de toda la familia Nicolle. La casa había sido demolida, según nos contó mi primo, por problemas de mantenimiento y para destinar el terreno a actividades más lucrativas, cosa que nos entristeció bastante. Allí todavía permanecía la estancia de uno de mis tíos, el tío Yofré —ya fallecido—, aunque su esposa Ema aún vivía, y cerca habitaban algunos de sus hijos. Además, visitaríamos a José María y su familia, y a Carlos y familia, que tenían sus campos no muy lejos de allí.
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