miércoles, 20 de noviembre de 2024

Man Ray






Para Man Ray, los objetos inanimados son misterios fascinantes porque sobreviven al tiempo y, aunque desaparezcan, siempre queda un registro, ya sea en una fotografía o en una pintura. Por ejemplo, transformó elementos cotidianos como un soporte de tubos de ensayo o una plancha en objetos provocativos al añadirles detalles inesperados, como tachuelas, cuestionando la funcionalidad y los significados.

En cuanto a la fotografía, decía: "Fotografío lo que no quiero pintar, y pinto lo que no puedo fotografiar". Consideraba la pintura un acto íntimo, mientras que la fotografía era impersonal y eficiente. Para él, el rostro humano era una fuente inagotable de interés, aunque sus retratos podían desconcertar a quienes buscaban perfección o glamour.

Reflexionando sobre su vida en París, señaló cómo fue acogido rápidamente por las vanguardias dadaístas y surrealistas, donde las tensiones y amarguras de la época coexistían con la creatividad y la innovación. Finalmente, cuando le preguntaron qué le había satisfecho más en la vida, respondió con simplicidad: "Las mujeres".

No hay comentarios:

Publicar un comentario