domingo, 7 de septiembre de 2025

Memoria repartida






Dejé, cuando partí de Argentina, algunas piezas queridas: regalos sentidos de amigos que mostraban su afecto ofreciendo lo que su propia mano producía, u otros trofeos de artesanías o antigüedades que mi suegro Antonio repartía en cada reunión familiar para darles un tono más solemne y, a su vez, dejar un recuerdo de padre hacia sus hijos. Estos tesoros quedaron en manos de mis hermanas, de mi cuñada María Emilia y de algunas de mis queridas tías. Recuerdo un dibujo de un amigo que escribió una dedicatoria sencilla: “...como una manera de decirte hola”Un collage que mi profesora de Historia del Arte me regaló para mi boda. Un grabado original del dibujante gráfico Carpani. Una pintura al óleo de mi profesor de Pintura en segundo año de carrera. Además, una colección de artesanías de barro negro de los indios tobas que traje de uno de mis viajes a la reserva en Resistencia, donde vivían los indígenas chaqueños. La colección de antigüedades de mi suegro quedó en manos de una de mis hermanas. Y así fui dejando mi rastro entre mis seres queridos, pues supe que no volvería a vivir en esa querida ciudad donde había cultivado mi jardín para que nacieran y crecieran mis dos hijos, que son mis grandes tesoros.

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